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El Banco Central mantiene la tasa de su plan financiero en el 3,50% cada año

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La inflación interanual alcanzó el 2,90%, alrededor del límite reducido de la serie de objetivos del 4,0% ± 1,0%.

En su conferencia de política financiera en julio de 2020, el Banco Central (BCRD) tomó la decisión de mantener los tipos de interés de su plan financiero en el 3,50% anual. Asimismo, la tasa de interés del servicio de desarrollo de liquidez a largo plazo (repos de un día) se mantiene en el 4,50% anual, mientras que las tasas de interés de los depósitos remunerados (Overnight) continúan en el 2,50% anual.

De esta manera, el paso de los centros permanentes de liquidez del Banco Central permanece para sostener el financiamiento a corto plazo para las entidades de intermediación financiera a tasas de interés reducidas.

La elección de la tasa de referencia se basa en el amplio análisis del efecto de la pandemia covid-19 en la estabilidad macroeconómica, así como en las futuras tendencias de la inflación. En ese sentido, la variación mes a mes del índice de tasas de interés de los clientes en junio fue del 1,70%, mientras que la inflación acumulada durante el primer trimestre del año fue del 0,43%.

Por otro lado, la inflación interanual, para decirlo de manera sencilla, desde junio de 2019 hasta junio de 2020, alcanzó el 2,90%, en torno a la limitación inferior de la serie de metas de 4,0% ± 1,0%, mientras que la inflación subyacente, que muestra las condiciones monetarias, alcanzó el 3,51%. En adelante, el sistema de pronóstico del BCRD y también las expectativas de los representantes financieros explican que la inflación estaría cerca del centro de la meta de 4.0% a fin de año y durante el horizonte del plan financiero.

De esta manera, el BCRD confía en los niveles de libertad para mantener una posición monetaria expansiva orientada a reducir el efecto financiero negativo del covid-19, sin poner en riesgo la seguridad de los precios.

En el entorno internacional prevalece una alta incertidumbre, asociada a una nueva era del virus en algunos climas económicos tras el inicio del proceso de apertura, mientras que en grandes naciones como los Estados Unidos la variedad de nuevas transmisiones sigue siendo alta.

En este sentido, las Previsiones de Consenso (CFC), en sus estimaciones de julio, se aproximan a un endurecimiento de la economía mundial del 4,7% en 2020, comparable a la cotización del FMI de una caída del 4,9% publicada el mes pasado. En reacción al compromiso del desarrollo internacional, los bancos de reserva de todo el mundo continúan ejecutando medidas de reducción monetaria para apoyar la demanda interna en sus países.

En los Estados Unidos de América (EE.UU.), Consensus estima que la tarea financiera ciertamente se contraerá este año, de una expansión del 2,3% en 2019 a una disminución del -5,3% en 2020. Básicamente, el crecimiento de la economía estadounidense se redujo en un 9,5% interanual durante el segundo trimestre, influido principalmente por el desgaste de la inversión financiera y también de las exportaciones.

En este contexto de menor desarrollo y también de ausencia de aumento del costo de la vida, la Reserva Federal sigue utilizando un conjunto de medidas financieras de gran envergadura, y se prevé que la tasa de los fondos federales siga siendo del orden del 0 % y también del 0,25 % hasta 2022. Además, amplió la duración y el tamaño de sus programas de reducción mensurables basados en la estipulación de liquidez vía Repos por aproximadamente 1.500 millones de dólares.

En lo que respecta a la zona euro, se prevé que la pandemia provocará sin duda un endurecimiento aún mayor en este bloque de países, de un desarrollo del 1,3% en 2019 a una reducción del -8,1% en 2020, según las Proyecciones de los Acuerdos, influidas por la caída de la fabricación comercial así como por las perturbaciones en el comercio mundial. Como reacción a esta dura situación, el Banco Europeo de Reserva (BCE) está preservando el precio de los depósitos a corto plazo (Overnight) en un -0,50% anual.

En este contexto, el CFC fijó la expectativa de desarrollo regional a la baja, previendo una contracción del -8,1% para 2020. En este contexto, los bancos centrales de América Latina siguen aplicando programas generalizados de suministro de liquidez y también de calificación crediticia en red para el sector económico.