Ahorrar, gastar, presupuestar, hacer uso de productos como los informes de crédito y la póliza de seguros son actividades que no distinguen entre sexos.
Sin embargo, en el día a día, los hombres y las mujeres parecen enfrentarse a diferentes obstáculos cuando se trata de manejar su dinero.
Por esta razón, hemos querido celebrar el Día Internacional de la Mujer reuniendo algunos resultados de estudios que revelan los lugares en los que las mujeres parecen sobresalir más que los hombres en la gestión de su dinero y también para llamar la atención sobre aquellos en los que todavía tenemos que mejorar.
Exactamente, ¿cómo es que las mujeres parecen ser mucho mejores que los hombres en el manejo del dinero?
Algunas encuestas como las de Lincoln Financial Group, BMO, LIMRA, por nombrar algunas, sugieren que los hombres tienen mucho que ganar de las mujeres en las áreas de adhesión:
Las mujeres son mejores en el seguimiento de sus gastos.
El seguimiento de los gastos tiene que ver con la concienciación de en qué gastamos nuestro dinero (y también nuestro tiempo).
Este es sólo uno de los métodos más eficaces para hacer ajustes oportunos y aumentar la satisfacción de saber que no estamos ignorando cosas que son realmente esenciales para nosotros.
Hacen que ahorrar y también estar preparados para el mañana sea una preocupación mucho mayor.
El ahorro tiene que ver con ser claro sobre los obstáculos que enfrentamos, así como con prepararse para disminuir la influencia que lo inesperado puede tener en nosotros y también en nuestros familiares.
Es la mejor manera de tratar con nosotros mismos y también con aquellos que más disfrutamos.
Son mucho menos espontáneos.
Actuar impulsivamente es una representación de la propensión a buscar una ventaja instantánea para una mejor ventaja en el futuro.
Es uno de los mayores obstáculos para el ahorro y también para la inversión.
El entrenamiento de autocontrol es un método para manejar el tema de la gratificación instantánea.
Son mucho menos propensos al sobreendeudamiento.
La prudencia parece ser un atributo constante y también más típico en las mujeres que en los hombres.
La misma vigilancia con la que los anteriores parecen tener prácticas de ahorro mucho mejores, hace que tengan una gestión de la deuda financiera mucho mejor.
Son muy sensatos en el gasto.
Su conocimiento de las necesidades de la familia permite a las damas ser excelentes supervisoras del plan de presupuesto de la casa.
Una exigencia necesaria para ello es ser claros en cuanto a nuestras prioridades y también actuar de manera consistente con nuestro efectivo.
Es más probable que soliciten ayuda cuando la necesiten.
El exceso de confianza es un arma de doble filo en nuestros fondos personales, específicamente cuando seguimos en problemas.
En estos casos es especialmente importante tener las agallas que las mujeres parecen tener para levantar la mano y pedir ayuda cuando la necesitan.
La mayoría de los problemas financieros más significativos están directamente relacionados con no tener esta moción a tiempo.
Son mucho mejores para establecer metas.
Eisenhower dijo que al prepararse para la batalla ella constantemente entendía que la preparación era necesaria, a pesar de que las estrategias al final no valían nada.
Una parte vital de la planificación es la capacidad que tenemos de establecer un objetivo para nosotros mismos; entre las ventajas de entrenar esta capacidad está descubrir motivaciones innatas y externas para abrazar grandes prácticas en nuestros recursos financieros, o tener un punto de recomendación en el que podamos ver si nos ponemos en el camino adecuado.
Las dificultades que la mayoría de nosotros tenemos para funcionar hacia
Aunque las mujeres y los hombres no toman decisiones monetarias por igual, hay variables que pueden hacer que estos errores sean mucho más costosos para las mujeres.
En Colombia, las mujeres suelen vivir más que los hombres, sus salarios son en promedio más bajos, los tiempos de desempleo son mucho más largos, y además sólo 1 de cada 5 personas alcanza una pensión.
Hay varios estudios de investigación que también validan de manera estadísticamente considerable la propensión de las mujeres a tener niveles de educación monetaria más bajos que los de los hombres.
Reducir esta brecha sexual es algo a lo que todos podemos contribuir.
Los legisladores públicos pueden comprar la investigación de estas distinciones, así como el desarrollo de propuestas de soluciones para impulsar los procesos de toma de decisiones económicas de la población.
Los bancos pueden adquirir nuevos medios para informar financieramente a sus consumidores y también para capacitarlos en su relación con los artículos que suministran (en lugar de pensar que una tarjeta bancaria es óptima para las mujeres debido a que proporciona tasas de descuento en las prendas y también les permite llamar a los técnicos y a los plomeros sin costo alguno cuando los necesitan).
No obstante, no hay ninguna demanda que espere a que estas diferencias sean resueltas por el derecho público o financiero.
En el día a día, compartiendo las responsabilidades monetarias en el hogar a la hora de presupuestar, pagar los gastos, declarar las obligaciones fiscales, etc., hablando de las finanzas en la casa, tanto con nuestro compañero como con nuestros hijos, dejando de lado las ideas sobre lo que debe ganar mucho más como pareja, o lo que no puede gestionar por sí mismo a la hora de invertir en algo o en uno más, o reconociendo los méritos de nuestra pareja y también la resistencia en el manejo de sus fuentes y también el aprendizaje de las mismas, podemos ayudar a estrechar el espacio de género en las finanzas personales.